Los daños que puede ocasionar el fuego a las estructuras de hormigón durante el desarrollo de un incidente son de naturaleza seria, pudiendo afectar tanto la integridad estructural, como la estética del material.
Cuando el hormigón se ve expuesto a temperaturas elevadas, sufre un proceso de desconchado denominado spalling. Este fenómeno implica la ruptura de las capas exteriores debido a la rápida expansión de la humedad presente en su interior, provocada por la evaporación. Como resultado, se produce una exposición más significativa al fuego de las capas interiores del material.
La exposición prolongada del hormigón al calor puede producir la disminución de su resistencia a la compresión y la formación de grietas térmicas. Además, las propiedades aglutinantes del material se ven afectadas, reduciendo su capacidad para soportar cargas de manera eficaz. Este proceso compromete la durabilidad y estabilidad de las estructuras, representando un riesgo tangible que requiere una evaluación exhaustiva.
La implementación de medidas correctoras se vuelve esencial en este contexto. Así, resulta imperativo evaluar meticulosamente los efectos del calor en el hormigón y aplicar soluciones adecuadas para preservar la seguridad y la integridad a largo plazo de las estructuras. Asimismo, la adopción de metodologías de gestión de riesgos en base a investigaciones forenses de patología de la construcción, y la consideración de factores como la reducción de la resistencia a la compresión y la posible formación de grietas térmicas, son cruciales para garantizar la robustez y fiabilidad de las construcciones de hormigón frente a incidentes adversos, como los incendios.