En los trabajos de corte o soldadura mediante soplete oxiacetilénico, de recipientes que han contenido sustancias combustibles como hidrocarburos, debe implementarse como primera medida para poder trabajar con seguridad la retirada de los restos de combustible, los fangos impregnados en hidrocarburos del fondo y paredes, así como realizar una desgasificación del recipiente, empleando una bomba de vacío o procesos de inertizado.
Antes de comenzar los trabajos de corte o soldadura, qué implican el aporte de una fuente de ignición, es necesario realizar una serie de medidas, empleando los aparatos denominados “explosímetros”, los cuales miden realmente la combustibilidad o inflamabilidad de un determinado ambiente.
Diferente bibliografía indica que se pueden acometer, con garantías, trabajos de corte y soldadura en depósitos en cuyo interior hay atmósferas en qué los explosímetros marcan un nivel inferior al 10 o el 20% del Límite Inferior de Inflamabilidad (LII), siendo éste la mínima concentración de combustible/comburente por debajo de la cual no existe inflamabilidad.
Es evidente que si realmente nos encontramos por debajo del LII nunca se producirá una explosión o combustión. Sin embargo, la medida de los explosímetros puede ser errónea por numerosos aspectos, dando un valor por debajo de los límites de inflamabilidad, cuando realmente nos podemos encontrar dentro de los límites de inflamabilidad. El proceso de medición de la explosividad (más técnicamente de la inflamabilidad o combustibilidad) está afectado por varios factores:
1.-Los explosímetros están calibrados con un gas patrón concreto, por lo que sólo pueden dar una medida correcta cuando en la atmósfera a medir está presente únicamente ese gas. Si midiéramos otro gas combustible diferente, ó una mezcla, se pueden cometer graves errores, sobre todo si tienen un LII inferior al del gas de calibración. A esto habría que añadir la necesidad de que el explosímetro se encuentre calibrado en todo momento, lo que requiere un mantenimiento constante.
2.-Cuando se mide la explosividad realmente se está midiendo la combustibilidad de un ambiente, esto es, si nos encontramos por encima o por debajo del LII. Sin embargo, la mayoría de explosímetros no miden directamente el LII ya que no miden realmente el nivel de comburente (de O2) del aire, relacionándolo simultáneamente con el nivel de gases combustibles presentes. Lo que hacen estos equipos es suponer la hipótesis de que la concentración de O2 es siempre de un 21% en volumen. Se tiene, por lo tanto, que cuando se emplea un soplete oxiacetilénico se está realizando un aporte extra de O2. Es por ello que, por un lado la atmósfera de la zona de corte será mucho más rica en oxígeno y por otro, se estará creando una atmósfera sobreoxigenada en el interior del recipiente, superándose con creces ese 21% de O2 que presupone el explosímetro. La medida de la inflamabilidad que otorga el explosímetro será errónea. Además, una mayor concentración de comburente ensancha el rango de inflamabilidad, al aumentar el Límite Superior de Inflamabilidad (LSI), siendo éste la máxima concentración de combustible/comburente por encima de la cual no existe inflamabilidad.
Asimismo, en las atmósferas con exceso de O2 disminuye la temperatura y la energía de ignición y aumenta la velocidad de reacción (combustión) y la temperatura de llama.
Por lo tanto, Oficina Técnica de Ingeniería Forense considera que el único valor de medición para realizar el trabajo de corte es 0 obtenido en repetidas mediciones, asegurando, de esta manera, que las mediciones permanecen estables.