La mejor manera de prevenir, controlar y extinguir un incendio, es conocer el origen del mismo, la fuente de calor que lo origina y los factores que lo desencadenan. Es obvio que si se desconocen las causas y las circunstancias que dan génesis al incendio y su evolución, no se podrán tomar las adecuadas medidas para prevenirlos, ni las más apropiadas técnicas de protección, así como los más eficaces métodos de control y extinción. El conocimiento de la dinámica de un incendio aporta luces de cómo se podría haber evitado su causa, delimitar su propagación y, en consecuencia, mitigar sus efectos.